El intrusismo en gestión documental, a debate en encuestas neodoc

Este mes el debate ha surgido de forma natural, y por ello hemos dedicado las encuestas neodoc de marzo al tema del intrusismo en el sector de la gestión documental. 

Diego de la Prada, de Jano Archivos arrancó este debate con unas declaraciones en las que aseguraba que la Gestión Documental era «un sector comodín para ciertas empresas que, en un momento dado, lanzan un producto o servicio e invaden el mercado encajando ofertas aunque sea a martillazos». De la Prada afirma no estar hablando «de un perfil académico concreto, sino más bien una actitud de entrar, pescar y salir». Una opinión con la que muchos de nuestros expertos, como es del caso de Alfonso Ruiz, han estado de acuerdo.

Sin duda, el intrusismo es un problema en cualquier sector, como bien explica María Jesús Valseca en su blog.

Las empresas tienden a contratar un servicio y, quizás por desconocimiento como indica Roberto Antuña, o quizás por que les da igual como explica Valseca, piensan que cualquier persona (con título o sin él, con o sin experiencia) puede realizar el mismo trabajo. Vamos… Que vale todo. Similar opinión tiene María Jesús Serrano ‏que incide en esa idea de que «cualquiera vale» y de que no se valora de modo adecuado a quien trabaja en el sector. De hecho, Serrano opina que «el gran problema es la precarización en el sector».

José Luis Carreño afirma que en ocasiones «la archivística no es considerada una profesión y por ello, no es necesario estudiar para ejercerla».»Ese es otro gran problema», explica Valseca. «Cuando te dicen que para ser archivero no es necesario estudiar» o «Nunca pensé que para organizar un archivo de tuviera que estudiar tanto» Respuestas repetitivas…

A este respecto, para Silvia García, «los profesionales de la información tenemos una competencia muy completa, pero debemos saber venderla, ponernos en valor… Debemos mostrar a las empresas e instituciones la importancia de poseer un profesional cualificado, así lucharemos con el intrusismo», indica.

Francisco Ricau prefiere definir el intrusismo como «falta de capacidades y/o experiencia» y no tanto como la falta de una titulación concreta. «No digo que la formación (titulación) no sea imprescindible. Lo es. Pero no podemos restringirlo a un listado concreto de títulos. Hay profesionales de la gestión documental muy buenos y que vienen de diferentes ramas», explica Ricau, y añade que hoy en día «se buscan más capacidades que títulos». Frente a esta afirmación Antuña dice que la interdisciplinariedad es necesaria dentro de la gestión documental. Pero añade que «cada uno cumpliendo con sus funciones Un gestor documental/archivero no puede hacer las tareas de un informático. Y viceversa». Y de hecho, según Ricau, ahí está la clave: «un proyecto de gestión documental requiere de diferentes profesionales, todos ellos complementarios«.

José Luis Carreño apunta hacia una falta de legislación que regule el tema del intrusismo y de hecho, nombra una ley concreta existente en su país que tampoco sirve de mucho… «En Colombia existe la ley 1409 de 2010 sobre el ejercicio profesional del Archivista pero no se cumple», asegura.

Por otra parte Alfonso Ruiz explica que «tampoco es que la industria lo ponga fácil (homologue) a la hora de definir sus productos». Asegura el experto que, especialmente en el sector público, hubiera más claridad en la homologación.

Para Alacaja, «el intrusismo es un problema constante», pero asegura que no se trata sólo «por otros perfiles profesionales, que casi sería comprensible, si no por personas sin ocupación ni formación». Hace unos años, explican, «eran los objetores de conciencia quienes cumplían su servicio militar en archivos municipales… Ahora los planes de empleo para personas sin formación han encontrado en los archivos (depósitos de papel más bien) un nicho de empleabilidad».

Asimismo, según Alacaja «a esta solución política se une la avaricia de algunas grandes empresas que utilizan a personal con alguna discapacidad física o psíquica para cubrir puestos de archivo». Alacaja pide expresemanete que no se mal interprete esta afirmación, ya que ellos creen firmemente en la igualdad laboral en todos los sentidos y «somos los primeros en apoyar cuantas iniciativas en este sentido se propongan», pero denuncian que se antepongan en estos casos los beneficios fiscales a la profesionalidad y calidad del trabajo en los archivos, por una simple razón: «el escaso valor que se da al trabajo en la gestión documental y de archivo, que solo es aplaudido cuando se inaugura una exposición y vilipendiado cuando aparecen en la basura curriculum o caducan expedientes judiciales por un colapso en los juzgados». Al hilo de este tema, Alacaja nos recomienda leer este post y este artículo que reivindica la dignidad y el oficio de archivero publicado en el diario de navarro.

Frente a este problema…

Mónica Martínez lo tiene muy claro: «Formación reglada, cultura documental en nuestros clientes y sólo una ley de archivos ayudaría a evitar intrusismo. Y la hay», aclara.

Diego de la Prada optaría por combatir con la baza que tienen los intrusos: «el gran desconocimiento del cliente sobre este sector». Para Diego hay que «pensar qué elementos o percepciones del cliente le harían decantarse por un profesional o producto de una empresa con trayectoria frente a un intruso». ¿Qué valora el cliente? ¿Cómo podría diferenciar un producto informático solvente o un producto inadecuado?